Supongamos que el destino no nos hubiera traído hasta el mismo lugar, si las cosas que pasamos no las hubiéramos vivido. Con el mínimo cambio en una situación tal vez nuestro presente, no seria el mismo. Con mucha convicción diría que si no te hubieras cruzado en mi camino, o yo en el tuyo, seriamos no más que meros descosidos. Y un día como hoy, sin nada más en particular que haberlo vivido, podría preguntarme quien habrías sido, o quien serás. Saber que hoy y ahora sos y serás, tranquiliza.